Guayaquil cuenta con un importante Museo de Historia Natural

Texto: Lcdo. Julio Calero Garcés

Fotos: Sra. Felipa Quinteros Morán



Durante la Alcaldía del Ab. Jaime Nebot Saadi, se inauguró el Museo de Historia Natural, que forma parte del Museo Municipal de Guayaquil., llenando así un vacío existente en dicha institución que cuenta ya con más de un siglo de existencia desde cuando Pedro Carbo Noboa, quien fuera alcalde de la ciudad, en 1863 impulsó la creación del Museo Industrial, que fue la primera institución de este tipo que tuvo la 8urbe porteña y que en el año 1908 pasó a convertirse en el actual Museo Municipal, constituyéndose el más antiguo del Ecuador.

El gestor de la instalación del Museo de Historia Natural es el Arq. Melvin Hoyos Galarza, Director del Cultura y Promoción Cívica de la Municipalidad de Guayaquil, quien, gracias a sus contactos y gestiones con las autoridades del Colegio San José la Salle, obtuvo que la gran cantidad de especímenes que poseía dicha unidad educativa y que prácticamente habían permanecido abandonados por más de 40 años, les fueran entregados en comodato para que el público, no solo guayaquileño, sino de cualquier parte del país y del mundo, tuvieran la oportunidad d admirarlos.

CREACIÓN DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL


Arq. Melvin Hoyos Galarza.


Para mí es un tema muy cercano y querido, dice el Arq. Melvin Hoyos Galarza, Director del Cultura y Promoción Cívica de la Municipalidad de Guayaquil. Yo soy lasallano, me eduqué en el colegio San José, ahí estudié mi secundaria, pero no fui un lasallano común y corriente porque como desde muy niño tuve inquietudes que tenían que ver con las colecciones, cuando entré al colegio y vi que tenía un museo de Ciencias Naturales, me apasionó ver esto y entonces el hermano Benigno, que nos daba clases de Castellano, me dijo que en un recreo me iba a mostrar el museo; entonces yo tenía 11 años de edad.


El hermano Benigno me dijo este museo fue formado por otro hermano que no estaba aquí si no en Quito, pero que tenía entendido que estaría en Guayaquil el próximo año y que iba a estar muy gustoso de conocerme por las inquietudes que yo tenía.

RECOLECCIÓN DE INSECTOS


En ese entonces, mi padre era jefe de pilotos de Texaco Gulf, con base en la selva oriental y en mis vacaciones yo me iba a la selva, ahí me pasaba tres meses y en esos meses una de las cosas que me fascinaba era recoger los insectos que quedaban en el hangar del avión, lugar en el que quedaban las luces encendidas y entonces se repletaba de toda clase de bichos.

Ahí habían unos escarabajos enormes, existían las machacas que hacían un ruido monstruoso, parecían algún tipo de cigarra, que en esa época decían que tenían una picada afrodisíaca, incluso sacaron una canción al respecto”.

Al año siguiente llegó el hermano Agustín Mantilla, fundador del museo, con quien hice una maravillosa amistad y de quien me convertí prácticamente en su discípulo. El hermano Mantilla me enseñó entomología, malacología, a disecar animales. Yo tenía 13 a 14 años, y los momentos más agradables para mí era cuando salía al recreo y aterrizaba en el museo.

Los años pasaron, me gradué pero mi contacto con el colegio seguía. Eventualmente iba de vez en cuando y ahí supe que el hermano Agustín Mantilla había muerto. Pasado tiempo estudié arquitectura, me dediqué a muchas otras cosas, entre ellas estudié arqueología y participé en muchas otras actividades que no tenían precisamente que ver con las Ciencias Naturales, mientras tanto fui coleccionando mis insectos, mis caracoles, mis conchas, seguía con mi hobby hasta que un día, y aquí viene el detonador de todo esto, viene por Guayaquil el director del Museo de Historia Natural de Londres, quien en una reunión que tuve con él como director de Cultura del Municipio, preguntó en dónde estaba el museo de Historia Natural de Guayaquil.

Como quien tenía que responder era yo como director de Cultura, con mucho dolor no me quedó más remedio que decirle que no existía, y dijo algo que me convulsionó, dijo que cómo era posible que uno de los países con mayor biodiversidad del mundo no tenga en la ciudad del trópico, que es donde debería estar, no tenga un museo de Historia Natural.

Esta inquietud que me dejó sembrada este señor en el alma, me empujó a hacer algunos contactos, porque él, antes de irse, me dijo que si había alguna iniciativa que coronara con éxito respecto a este tema, el Museo de Historia Natural de Londres, como una ONG, podía dar apoyo logístico y científico a cualquier tipo de iniciativa en este sentido que hubiera. Lo cierto es que yo acogí sus palabras, y como conozco mucha gente que está vinculada con colecciones, me puse en contacto para ver lo que podía hacerse.


IMPORTANTES CONTACTOS


La primera persona fue el Dr. Gustavo Noboa Bejarano, que tiene un Punta Blanca una colección espectacular de conchas y caracoles y él se sintió motivado con respecto a que formemos un museo de Historia Natural.


Pero como es lógico, claro, en este tipo de iniciativas para que alguien se anime a hacer donaciones, tiene que haber otro que empiece dando lo suyo propio.


¿Qué hacía yo? Se me ocurrió hacer una exposición de Historia Natural en el Museo Municipal, pidiendo prestada parte de a colección del Dr. Gustavo Noboa Bejarano, del Dr. Eduardo Cornejo, yo puse algo de lo mío, pedí prestadas cosas al colegio San José y al colegio Vicente Rocafuerte, así efectuamos la exposición, que fue muy exitosa.

Luego de este éxito, en donde vino muchísima gente a ver la exposición, comencé a dar pasos más en firme para ver quién estaba dispuesto a entregar sus colecciones pero de manera definitiva.

Me puse al habla con el hermano Ricardo Orellana, rector del colegio San José la Salle, conversé con él y le comenté que yo había sido discípulo del hermano Agustín Mantilla y que conocía como nadie ese museo.

A él le cayó muy bien el tema, supo efectivamente por otros hermanos, que son ya muy ancianos y que fueron profesores míos, que yo era uno de los asiduos del museo y que fui uno de los discípulos del hermano Agustín. Ya tenía un buen camino recorrido por ahí.

Pero, cuando le dije que mi interés real era que el museo pasara a formar parte de los bienes patrimoniales del Municipio, le pedí que lo pensara bien y le dije como añadido: “Acuérdese que tiene más de 40 años cerrado. Nadie lo disfrutaba, ni siquiera los alumnos del colegio”.

El museo había estado cerrado porque no había nadie que le diera mantenimiento, no había nadie que estuviera en capacidad de utilizarlo como una herramienta didáctica, no había nadie que pudiera decir: nosotros lo cogemos y permanentemente le estaremos dando el uso que se debe para abrirlo al público, en fin, no habían ni los recursos humanos ni los recursos económicos para que el Museo de Historia Natural de La Salle diera el servicio que se pretendía que diera.

El hermano Ricardo Orellana me entendió y me dijo algo que era muy cierto, que él no podía tomar la decisión de entregarlo porque esa era una decisión de la comunidad entera, es decir, que era de la comunidad de los Hermanos Cristianos de La Salle y que él iba a hablar con ellos en Quito para ver que decisión tomaban.

Finalmente esa conversación se dio y me dijo que ellos estaban dispuestos a entregarlo en comodato por 99 años, esa era una propuesta que ya le había hecho con anterioridad, y así fue.

Claro está que me hizo un pedido que me pareció extremadamente justo y fue que le arreglemos la capilla del Colegio San José La Salle, porque el Municipio ya había arreglado tiempo atrás la capilla María Auxiliadora del Colegio Cristóbal Colón”.

Hablé con el alcalde Jaime Nebot y él tuvo toda la apertura, como siempre la tuvo para este tipo de cosas, y aceptó, después de un tiempo se hicieron los arreglos en la capilla, principalmente en la losa del cañón abovedado de la capilla y de la cúpula donde habían unas fisuras, y luego de eso el hermano Ricardo Orellana me dijo: “Bueno, ya está, venga a ver su museo”., de inmediato lo fui a ver y se lo trasladó.

Previo a la inauguración se realizó el trabajo de restauración de las piezas que lo necesitaban, así como de los muebles, que eran muy antiguos: se puso todo el sistema eléctrico nuevo; se pusieron focos nuevos; se pusieron vidrios nuevos en todas las vitrinas, instalamos los dioramas y todo quedó listo prácticamente para ser inaugurado en las primeras semanas de julio”.



CONTENIDO DE LA COLECCIÓN


Entre mamíferos, reptiles, aves, es decir, en animales disecados hay más de 700. En insectos hay muchísimos más.

La colección entomológica tiene un gabinete muy completo, tiene ortópteros, lepidópteros, himenópteros, es decir, tiene escarabajos, cucarachas, gusanos, escorpiones, arañas, todas las especies que existen tienen sus respectivos representantes en la colección.

Es una colección muy interesante en cada una de las subdivisiones que tiene. Tiene una subdivisión muy importante en lo que es aves, la ornitológica es muy rica; la subdivisión entomológica es más rica todavía, es todo lo que corresponde a insectos.

Tiene una interesante colección de reptiles pero que no están disecados sino que se encuentra en frascos con formol.


OTRAS ESPECIES


Existe una muy curiosa colección de fósiles del Devónico, es decir desde la Edad Secundaria del Carbonífero hace 250 millones de años hasta elementos fósiles del Cuaternario, es decir de no más de 10 a 12 mil años.

Todos están fichados, eso sí, como el fichaje fue hecho hace unos 60 años, y como los avances en la clasificación taxonómica de las especies vivas ha avanzado enormemente en las ciencias biológicas hoy en día, hemos contratado un curador que está a cargo en estos momentos de ir revisando ficha por ficha para ver si es que hay que hacer algún tipo de cambio o algún tipo de mejoras dentro de las fichas para estar de acuerdo a lo que la ciencia moderna dice respecto a la biología actual”.


Para finalizar, le informo al público interesado en visitar el Museo que la atención es de martes a sábado y el horario es de 09:00 hasta las 17:00.

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